La época de calor está llegando a su fin. Aprovechando los últimos días con temperaturas altas, es importante no dejar, de manera brusca, los hábitos que hemos seguido este verano con nuestras plantas.
Los meses de calor son complicados para las plantas. Es en esta época cuando debemos extremar los cuidados de nuestro jardín para evitar perjudicarlo. El exceso de agua por continuos riegos empobrece la tierra y, por consiguiente, puede provocar enfermedades que marchitarían nuestras plantas. Y es que la humedad es uno de los efectos que más las perjudica. Debes tener siempre presente que las plantas de interior y exterior tienen necesidades distintas, aunque todas ellas precisan unos cuidados específicos durante los meses más cálidos del año, con el objetivo de que estén fuertes el resto del año.
Uno de los grandes peligros del verano es el sol. La proyección sobre las plantas puede provocar daños irreparables. El agua en las hojas produce un efecto lupa, lo que incrementa la acción nociva del sol. Por ello, siempre debemos procurar regar a última hora de la tarde para que el agua no se evapore.
Otro de los mayores peligros es el riego excesivo. Con el calor tendimos a pensar que nuestro jardín necesita más agua de lo normal, pero es un error. Es más fácil que una planta muera por exceso de agua que por falta de ésta. Por eso, lo mejor es añadir el agua en el plato de las macetas. De esta forma, las raíces absorberán la cantidad necesaria y no se dañarán los brotes.
Un consejo que puede resultarnos muy útil es el de aprovechar el agua sobrante que eliminan los tiestos. Esa agua contiene los nutrientes que una planta necesita para vivir. Pon un plato debajo del tiesto y riega la planta con ésta.
Es importante que elimines las hojas y flores secas de las plantas, ya que absorben agua y frenan el crecimiento de las partes sanas. También es importante limpiarlas del polvo a menudo. Para ello, lo mejor es pulverizarlas con agua jabonosa aclarando después abundantemente. Este método alejará a los parásitos.
Consejos que te serán de gran utilidad
Las plantas de exterior requieren un riego y cuidado casi diario, por ello es recomendable disponer de un sistema de riego automático. Por el contrario, las plantas de interior no requieren tantas atenciones y bastará con tener la tierra húmeda.
Durante los meses de verano, es importante realizar la poda ya que, de esta forma, tardaran menos en cicatrizar y, por lo tanto, se reducirá el riesgo que las plantas sufran enfermedades.
Hay que tener especial cuidado con las plagas y enfermedades típicas del calor. Es importante realizar, periódicamente y en las horas de menos calor, tratamientos con insecticidas para eliminar los parásitos.