Los rosales alegran cualquier jardín. La belleza de la flor y sus colores aportan el toque de sofisticación y glamour que pocas plantas pueden dar a nuestro jardín.
Es por ello que hoy te enseñamos cómo podar rosales y los cuidados y mantenimiento que requiere esta planta para crecer fuerte y vigorosa todo el año.
Los rosales hay que podarlos al menos una vez al año. Esto se debe a que las nuevas rosas florecen sobre los brotes del año. Marzo es el mes adecuado para podar los rosales, cuando teóricamente ya han acabado las heladas. Esta poda puede completarse en noviembre, haciendo otra poda para eliminar los restos de madera muerta y las flores marchitas.
A nivel general, debemos suprimir las ramitas poco vigorosas y los ramos que crecen enmarañados. Te recomendamos que conserves los ramos sanos que tengan un vigor similar, para dar cierta armonía. Mejor podar en bisel a pocos metros de la yema y con inclinación opuesta para evitar que el agua escurra sobre ella.
Dependiendo del tipo de rosal que tengas en casa, tendrás que llevar a cabo un tipo de poda determinado. Te contamos qué tipo de mantenimiento del jardín podrás hacer según la clase de rosal:
. Rosales tipo matorral y miniature: hay que conservar de 3 a 7 ramas principales. Daremos preferencia a los brotes jóvenes y eliminaremos los leñosos. Podaremos a unos 15 o 20 cm. Despejaremos el centro del arbusto.
. Rosales trepadores: hay que conservar entre 3 y 5 ramas, que serán las que formarán la armadura. Después cortaremos los brotes laterales, dejando unos 40 cm.
. Rosales trepadores de floración anual: conservaremos entre 6 y 7 ramas principales y contaremos las ramas laterales, dejando dos yemas.
. Rosales viejos: estos tipo rosales no hay que podarlos de manera sistemática. Lo que hay que hacer es eliminar ramos muertos o que estén enmarañando la estructura.
. Rosales arbustivos y rastreros: estos rosales los tendremos que podar a partir del tercer o cuarto año de haberlos plantado. Podaremos sus ramas terminales cada 3 años.