Los jardines verticales son la última tendencia en las ciudades. La combinación de urbanidad y naturaleza se ha convertido en la última vanguardia de la arquitectura. Como bien indica su nombre, los jardines verticales consisten en convertir una pared en una especie de lienzo en el que plantar un jardín. El concepto tradicional de la jardinería horizontal ha evolucionado para dejar paso a esta nueva estética. Patrick Blanc es el padre de este tipo de jardines que han revolucionado el paisajismo urbano, que aportan un toque de aire fresco en la gris urbe, sobre todo en las que predominan los rascacielos y los grandes edificios.
La auténtica mezcla entre naturaleza y ciudad se da en los jardines verticales de tipo hidropónico, puesto que éstos se colocan sobre una base completamente artificial: una capa de espuma, poliéster o polietileno. Para aportar los nutrientes necesarios se desarrolla un sistema de riego integrado que recorre toda la extension de la estructura.
También existen los jardines verticales de sustrato. Poseen una base verde y un sustrato mezclado con turba y perlita que se combina con la capa artificial. En estos casos, aunque evidentemente también es necesario el riego (que se realiza de la misma manera antes indicada), los nutrientes llegan de forma más sencilla y similar al medio natural.
Con el objetivo de reducir los cuidados que requieren los jardines, las plantas que se eligen para integrarlos tienen necesidades de nutrición menores, como por ejemplo musgos, orquídeas o bromelias, entre otras. Además, esta clase de ornamento arquitectónico posee un importante valor de renovación del aire en el entorno en que se sitúen.
Esperemos que la moda de los jardines verticales se extienda y el verde empiece a teñir ciudades de todo el mundo.