¿Te gustaría tener plantas en casa pero no te duran ni dos meses? ¿No entiendes por qué todas se te marchitan?
Aquí tienes algunas pistas, a ver si te ayudamos!
¿Interior o exterior?
La condición de planta de interior o de exterior depende básicamente de su zona climática de origen. Especies autóctonas o de zonas similares a la nuestra serán de exterior. Para el interior, encontrarás plantas más ornamentales, procedentes de zonas más cálidas y que, por lo tanto, se adaptarán mejor a las condiciones de una vivienda.
Por lo general, las plantas de interior suelen requerir más cuidados. Aunque hay algunas especies como el Poto, el Pothos plateado, la Sansevieria, la Cheflera o el Ficus benjamina que son muy fáciles de cultivar e igualmente decorativas. Si quieres ir a lo seguro y sencillo de cuidar, serán tus mejores aliadas.
Infórmate sobre las exigencias de la planta
Cuando vayas a comprar la planta, infórmate un poco sobre sus necesidades de luz, agua, temperatura, etc., y, lo más importante, asegúrate de disponer del entorno apropiado para ella.
Si no te ofrecen ningún dato, siempre puedes informarte a través de Internet.
¡Nunca sé cuando debo regara!
Hay algunas especies que cuando hace tiempo que no las regamos, nos muestran su carencia. El Poto, por ejemplo, evidencia la falta de agua con sus hojas dobladas.
¡Pero no siempre es tan fácil! Lo ideal, si no conoces las necesidades de esa especie, es ir comprobando el sustrato de la maceta. Si con el dedo ves que la tierra ya está seca a unos centímetros de la superficie, es el momento de regar la planta. Vigila con el verano, que esto sucede con mucha más rapidez. Por lo que debes actuar en consecuencia y no regar igual en todas las estaciones del año.
Recuerda la influencia que puede tener la calefacción, el aire acondicionado o el ventilador. La exposición al viento o a temperaturas elevadas, favorece la evaporación del agua de tu planta. Ten en cuenta también que el tamaño de la maceta e incluso el material del que esté hecha influyen en el agua disponible para las raíces.
Por lo tanto, si tu ejemplar se encuentra en una habitación con calefacción o en una maceta pequeña, necesitará más de tus cuidados.
¡Las plantas no me duran nada!
Cuando la lleves a casa ¡no la dejes en el contenedor original de la tienda! Cámbiala a uno más grande.
Comprueba que donde la pongas tenga unos orificios de salida adecuados para el drenaje del agua y coloca, si es posible, grava o material similar en la base antes del sustrato. A no ser que tu planta tenga exigencia de PH ácido, una mezcla preparada de tipo universal te servirá.
Riega siempre al finalizar el trasplante para acomodar la planta a su nuevo hogar.
¿Dejo o no dejo el platito debajo la maceta?
Utilízalos, si quieres, para recoger el agua sobrante del riego. Pero, como norma general, no la dejes ahí durante mucho tiempo. Si la planta es sensible a la humedad, podría causarle problemas en las raíces.
En cambio para plantas que necesiten más humedad, la opción de colocar un plato lleno de guijarros y con algo de agua sería interesante. Estas plantas además te agradecerán la pulverización de sus hojas con agua.
Importantísimo, ¡no riegues demasiado! Las buenas intenciones a veces son peligrosas. Mueren más plantas por exceso que por falta de agua.
La falta de oxígeno en las raíces o los hongos también pueden provocar los mismos síntomas que la escasez de agua. Por lo que, mucha gente continúa regando y acaba matando su planta.